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Objetivo #3 Salud y Bienestar poblaciones LGTBI

Es importante que los ciudadanos se apropien de las agendas internacionales

(global y regional) de desarrollo con el fin de lograr trabajos colaborativos entre la

sociedad civil y el Estado para garantizar la aplicación a nivel nacional y subnacional.

En materia de salud sexual y reproductiva eso significa fortalecer el trabajo de las

entidades públicas con organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la promoción

y garantía de los derechos de la población LGBTI, personas con discapacidad y de las comunidades indígenas y afrodescendientes, con el fin de identificar los retos en la atención en salud sexual y reproductiva en contextos de diversidad, así como para generar escenarios de discusión y de formación de funcionarios públicos en estos temas. También es importante que se promuevan, entre otras cosas, los espacios comunitarios y los mecanismos de participación política como alternativas para la formación, educación e incidencia en salud sexual y reproductiva

La Agenda 2030 y el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo promueven el diseño e implementación de políticas públicas que focalizan esfuerzos y recursos para atender a las comunidades más vulnerables. Esto se observa en el principio de “no dejar a nadie atrás” de la Agenda, y en la aplicación del enfoque diferencial del Consenso. Así las cosas, es importante que tanto los tomadores de decisión como los implementadores de las políticas en salud sexual y reproductiva, se aproximen al enfoque diferencial y de género como una dimensión de la implementación.

Uno de los grandes retos para lograr la implementación de la Agenda 2030 y del Consenso de Montevideo es el de garantizar el acceso y la disponibilidad de datos estadísticos confiables y desagregados por sexo, edad, raza, discapacidad, variables culturales y ubicación geográfica en materia de salud sexual y reproductiva. Los indicadores no solo deben dar cuenta de los avances en la implementación de estas políticas, sino, igualmente, de los efectos redistributivos de las estrategias de intervención que se definan.

El nivel subnacional ocupa un lugar fundamental en la implementación de las políticas en salud sexual y reproductiva en la medida en que las entidades territoriales deben traducir las metas en programas y proyectos específicos que reconozcan el contexto, las necesidades y las problemáticas a nivel local. Las estrategias o metas que se definan podrían hacer parte de instrumentos de planificación local, tales como los planes de desarrollo o los planes territoriales de salud.

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